TELEFONÍA CELULAR:
Sistema de telefonía que no requiere de un enlace fijo, por ejemplo vía cable telefónico, para la transmisión y recepción. Utiliza la radiotransmisión mediante ondas hercianas, como la radio convencional, por lo que el terminal emitirá y recibirá las señales con una antena hacia y desde el repetidor más próximo (antenas repetidoras de telefonía móvil) o vía satélite. Las primeras emisiones de telefonía móvil se remontan al uso de radiotransmisores instalados en vehículos, de uso militar o institucional; como referencia se cita la primera utilización por parte de la policía de Detroit en 1921. Los radioteléfonos propiamente dichos se introdujeron en 1946 en Estados Unidos; al siguiente año, la Bell Telephone desarrolló la tecnología celular, base de los modernos sistemas de telefonía móvil propiamente dicha. Con todo, no se vieron desarrollos civiles hasta 1956, cuando se instaló en Suecia un terminal para automóviles, de 40 kg, que se alimentaba de la batería del vehículo. En Japón se puso en marcha el primer sistema de telefonía móvil celular en 1979; le siguió el Reino Unido, en 1983
Funcionamiento del sistema
La telefonía móvil celular se basa en un sistema de áreas de transmisión, células, que abarcan áreas comprendidas entre 1,5 y 5 km, dentro de las cuales existen una o varias estaciones repetidoras, que trabajan con una determinada frecuencia, que debe ser diferente de las células circundantes. El teléfono móvil envía la señal, que es recibida por la estación y remitida a través de la red al destinatario; conforme se desplaza el usuario, también se conmuta la célula receptora, variando la frecuencia de la onda herciana que da soporte a la transmisión. Según los sistemas, la señal enviará datos secuencialmente o por paquetes, bien como tales o comprimidos y encriptados.
Sistemas digitales
En la actualidad, la mayoría de los sistemas de telefonía celular emplean sistemas digitales, que han sustituido a los analógicos de primera generación (1G); estos sistemas fueron introducidos en España en 1990 (MoviLine de la compañía Telefónica). El primer sistema digital europeo (GSM de Global System for Mobile Communication), conocido vulgarmente como sistema celular de segunda generación (2G), se comenzó a implantar en 1992, y en 1995 operó por primera vez en España; con él se puso en marcha el sistema de transmisión de mensajes cortos de texto, SMS (Short Messaging Service), y el acceso a Internet mediante la tecnología WAP (Wireless Application Protocol). Ya en 2000 en Europa y en 2002 en Estados Unidos, comenzaron a comercializarse los sistemas dotados con GPRS (General Packet Radio Service, servicio general de radio mediante paquetes de información); se le conoce como sistema de telefonía 2,5G, una tecnología intermedia entre los sistemas de segunda y tercera generación. Entre sus novedades destaca la posibilidad de recepción y envío continuo de grupos de datos mediante el protocolo IP (Internet Protocol), que mejora sustancialmente la navegación a través de la red y el poder superar el límite de 160 caracteres en los SMS, a la vez que permite enviar y recibir imágenes y elementos multimedia.
Los sistemas de tercera generación (3G), explotados comercialmente en Japón desde 2001 por parte de la NTT DoCoMo, han sufrido repetidos aplazamientos por problemas tecnológicos y logísticos en todo el mundo, lo que ha retrasado sustancialmente su comercialización. En Europa y parte de Asia se ha optado en 2000 por el sistema UMTS (Universal Mobile Communication Service, servicio móvil universal para comunicaciones), y en Estados Unidos y parte de Asia y América, por el denominado sistema CDMA-2000; ambos forman parte del IMT-2000, un estándar de la International Telecommunications Union (ITU), con sede en Ginebra, Suiza. Los sistemas 3G se apoyan fundamentalmente en dos estándares, el CDMA-2000 (Code Division Multiple Access 2000) y W-CDMA (Wideband Code Division Multiple Access), y otros propietarios de ciertos operadores, como el del antes citado NTT DoCoMo, siendo incompatibles entre sí y diferenciándose en la velocidad máxima de transmisión de datos. Los sistemas CDMA son más sencillos de implementar y proporcionan hasta tres veces mayor capacidad de transmisión; en el emisor se convierten los datos a formato digital y se comprimen, el receptor además de recibir los paquetes de datos y decodificarlos, hace una comprobación de errores y los reconvierte a formato de onda, en su caso, para transmisiones de voz.
Mensajería y multimedia
Con la aparición de los sistemas digitales (telefonía de segunda generación, 2G), los terminales disponen de la capacidad de enviar y recibir mensajes cortos de texto (SMS), que operan de manera muy similar a los mensajes de correo electrónico en Internet, aunque especificando como destinatario un número de terminal y no un identificador de usuario. Con la aparición de los sistemas 2,5G y 3G se han implantado los servicios EMS (Enhanced Messaging Service) y MMS (Multimedia Message Service), que ofrecen mejoras en el servicio SMS básico sobre texto; así, admiten texto de dimensiones ilimitadas, inclusión de imágenes, melodías y animaciones y, en el caso del MMS, posibilitan el envío y recepción de todo tipo de elementos multimedia, incluidos vídeos. Para utilizar EMS y MMS se requiere, respectivamente, de terminales de telefonía móvil GPRS y UMTS u otro 3G.
La integración de los teléfonos celulares con la informática móvil ha llegado en dos formas diferentes: con la conectividad de los teléfonos móviles con un PDA mediante tecnologías inalámbricas, como infrarrojos o Bluetooth, y con la integración física de ambos dispositivos en un mismo aparato, como es el caso de los PocketPC Phone Edition y otros que funcionan bajo Linux o Palm
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